“…las cosas las entendieron mal, no se trataba de azuzar a nadie contra nadie sino de echar agua al fuego de los malos propósitos, hay que dejar vivir a la gente a su aire y esto no se supo hacer, tampoco se quiso consentir, los escribientes de las oficinas no fueron cómplices pero a lo mejor sí fueron encubridores, el miedo no es buen consejero y las navajas y las pistolas se esconden siempre en los bolsillos miedosos.”
CAMILO JOSE CELA (Mazurca para dos muertos)