Francisco Luis Bernardez |
CRISTOBITA
Cristobita, pobre
muñeco de trapo
del populachero
guiñol de mi barrio
¡Pobre Cristobita,
mártir de los palos
de aquel bigotudo
gendarme irritado!
En el tingladillo
-tu Gólgota diario-
mi misericordia
estaba a tu lado
Yo sé, Cristobita,
que tu alma de trapo
subía a tus ojos
de vidrio pintado,
con una sonrisa
húmeda de llanto
cuando yo me iba
del guiñol, llorando.