En la nota de Diario El Ciudadano que transcribimos abajo (cuya versión web enlazamos aquí) hacemos una exposición detenida sobre problemas y virtudes de la constitución provincial de Santa Fe.
Rondina: “Una Constitución con huecos pero moderna”
Por: Ezequiel Nieva. Para el constitucionalista de la ciudad de Santa Fe, debe haber consenso político para modificar la Carta Magna, e incorporar algunos institutos nuevos como el plebiscito y la revocatoria de mandato.
El abogado santafesino Domingo Rondina sumó su voz al debate por la reforma de la Constitución provincial. El constitucionalista sostuvo: “Nuestra Constitución presenta algunos huecos” por lo que, dijo, “está empezando a patinar en algunas cuestiones relacionadas con la estructura del poder”. En ese sentido, expresó: “Hay muchas cosas que no andan bien, pero no diría que por falta de derecho, ya que es muy amplia en los derechos ciudadanos, sino en algunas cuestiones en la estructura del poder”. Así, mencionó la necesidad de reflejar un poder más cercano a la gente.
Sin embargo, Rondina sostuvo durante una entrevista con El Ciudadano que la reforma no se trata de un tema urgente y que en muchos aspectos la Carta Magna es “muy moderna”; consideró que es más importante que se cumplan en forma plena los preceptos en ella establecidos –tal como quedó después de la reforma de 1962– que avanzar hacia un nuevo texto.
No obstante, Rondina señaló que –llegado el momento del consenso entre las distintas fuerzas políticas– hay aspectos que incorporar, entre ellos los mecanismos de democracia semidirecta como el plebiscito y la revocatoria de mandato: “Mecanismos más eficaces para que los ciudadanos puedan hacer cumplir sus derechos”, resumió el constitucionalista. Pero aclaró de todos modos que la provincia “puede funcionar perfectamente con esta Constitución”.
Según el especialista santafesino la Carta Magna provincial “es muy moderna”. “Se inscribe en el llamado constitucionalismo social, el más moderno”, detalló Rondina. “En el 62 se hizo una buena Constitución, en muchos aspectos muy superior a la reforma (nacional) del 94. Es una Constitución realmente satisfactoria para la provincia. Sin duda hay muchas cosas que no andan bien, pero no diría que por falta de derechos, ya que es muy amplia en los derechos ciudadanos, sino en algunas cuestiones en la estructura del poder. Tras muchos años de democracia ha ido cambiando la necesidad de construir un poder más cercano a la gente y la Constitución de Santa Fe se inscribe en una vieja línea, como la Constitución Nacional, de muchas restricciones a la democracia directa”, sostuvo.
—¿Cuáles son esas cuestiones que para usted no andan bien?
—Hay algunos problemas en la estructura del poder. Los constitucionalistas distinguimos dos zonas: el derecho constitucional de la libertad por un lado y el derecho constitucional del poder por el otro. Nuestra Constitución presenta algunos huecos, está empezando a patinar en algunas cuestiones relacionadas con la estructura del poder. Pero creo que no es un tema urgente. Santa Fe puede funcionar perfectamente con esta Constitución; lo más lindo sería que se cumpliese, porque es una Constitución tan generosa en cuanto a los derechos, muy superior a la nacional, y sin embargo es muy poco lo que se hace en las políticas de gobierno.
—¿En qué aspectos es superior a la reforma nacional de 1994?
—En lo que consagra respecto a los derechos de los trabajadores, los derechos de salud, de vivienda, de las instituciones intermedias, en el tema de la educación, en los derechos sociales más clásicos, los derechos de las personas. En todo eso es amplísima la Constitución de Santa Fe, son cuestiones muy bien tratadas.
—¿Entonces no hay que reformarla?
—En todo caso, lo que se puede profundizar, y es la tendencia del neo constitucionalismo, es en operativizar un poco más esas cláusulas, darle mecanismos a la gente para conseguirlas. La Constitución de Santa Fe consagra el recurso o acción de amparo que no está en la Nación, donde tiene consagración legal solamente, y Santa Fe lo tiene muy bien. El amparo es el gran mecanismo para obtener esos derechos que da la Constitución. Sin embargo, se han hecho leyes en Santa Fe que son muy restrictivas del mecanismo de amparo. En todo caso lo que hay que buscar es operativizar un poco más los derechos de los ciudadanos y darles herramientas más eficientes para conseguirlos.
—¿Qué es lo que está patinando en la letra de la Constitución respecto de las estructuras del poder?
—Hay varios aspectos que tienen que ver con acercar un poco más las instituciones al control popular. Eso está patinando un poco en tres o cuatro aspectos. Uno es la autonomía municipal; la reforma del 94 reconoció la autonomía de los municipios y todavía la provincia no lo tiene claramente establecido. Pero nuestra Constitución no impide la autonomía municipal: dice que es la Legislatura la que va a determinar cuáles son las funciones que cumplen las municipalidades y comunas. Así que la Legislatura puede dictar ya mismo una ley de autonomía de comunas y municipios. Debe reconocer que, de acuerdo a la Constitución nacional, las comunas y municipios son autónomos. En Santa Fe nadie habla en verdad de la autonomía de las comunas. Los políticos están hablando de la autonomía de las municipalidades de primera, Santa Fe y Rosario, y de una autonomía aminorada para las otras municipalidades. Pero nadie habla de la autonomía de las comunas, que no tienen ninguna diferencia con las municipalidades más que una cuestión de población.
—Ahora se está discutiendo en la Legislatura la ampliación de los concejos municipales de Rosario y Santa Fe…
—A eso no lo veo como un problema constitucional, no es algo que deba depender de la Constitución provincial. Los municipios y comunas tienen que ser autónomos como para poder también resolver qué proporción de legisladores comunales van a tener en relación a sus habitantes. A esto lo tiene que resolver cada municipio y comuna. Cuando se le da autonomía a un municipio es como cuando los chicos crecen: les decís “serás responsable de tus buenas y malas decisiones”. Los municipios son los que tienen que resolver cuántos legisladores quieren tener. Personalmente no estoy a favor de amplios órganos legislativos; creo que tienen que estar mejor estructurados, de manera que haya más relación entre lo que la gente vota y las composiciones de los cuerpos. Pero no creo que sea un problema de cantidad, no creo que tener más concejales haga más democrático un cuerpo.
—Llegado el caso de una reforma constitucional, ¿cuáles son los aspectos que sí o sí hay que incluir?
—Todos los mecanismos de democracia semidirecta, como la iniciativa popular, el plebiscito, el referéndum y la revocatoria de mandatos, que es muy importante y que sólo la tiene la Constitución de la ciudad de Buenos Aires. Es un mecanismo muy interesante por el cual, pasado cierto tiempo, los ciudadanos pueden juntar determinado número de firmas que obliguen a la realización de elecciones confirmatorias. Pero eso va a ser difícil que los mismos políticos lo aprueben.
—¿Cuál es su importancia?
—Las revocatorias son muy útiles porque hacen que la gente pueda someter a un gobierno nuevamente a votación. Creo que la gran crisis de nuestra provincia está en el Ejecutivo, que es el poder menos permeable a las necesidades de la gente. Y tiene que haber más mecanismos de acción directa de los ciudadanos sobre el Ejecutivo. Hay que reforzar el mecanismo del amparo constitucional, reforzar la vía administrativa provincial, mejorar el procedimiento administrativo, el acceso de las personas a los ministros, hay que desconcentrar los ministerios, asegurar algún mecanismo por el cual la gente participe en la toma de decisiones, hay que meter a la gente un poco más en la toma de decisiones del Ejecutivo. Y, desde ya, hay que hacer grandes reformas en el área de Justicia. La Justicia de Santa Fe está muy atrasada. Recién ahora, después de tantos años, estamos viendo concursos de jueces. Empezaron en la gestión de (Jorge) Obeid pero esta gestión ha sido muy provechosa en ese sentido, organizó muchos concursos de jueces. Que se concursen los cargos de la Justicia es fundamental y que sean más sencillos los mecanismos de enjuiciamiento para los magistrados también. Hoy es complejísimo pedir el juicio político de un juez; es un mecanismo especial y absolutamente antipopular donde participan los mismos jueces en la toma de decisiones, la mayoría del jurado de enjuiciamiento está en la Corte. Es muy importante que se pueda remover a los jueces con más facilidad. Tiene que entrar también el pueblo al Palacio de Justicia, tiene que haber más relación entre el voto y el Poder Judicial, como tiene que haber más relación entre el voto y algunas áreas del Ejecutivo. Sería importantísimo establecer, por ejemplo, la posibilidad de elecciones distritales de las autoridades políticas de seguridad, de la conducción de la Policía; creo que es una de las tareas pendientes.